sábado, 9 de junio de 2012

57.


- No grites preciosa. - Dijo tapandome la boca.

- Basta-  Tomé la lampara y lo golpee para que quedará desmayado , tenía un par de golpes en su abdomen nada más , y quedo rendido en el sillón.

Tomé mis cosas y me diriji para afuera, no queria ir a casa y Dylan seguramente se encontraba en el teatro terminando su obra de arte. Así que decidi ir a la casa de Micaela, ellos no estarían en casa seguramente, y recordé que tenía un juego de llaves en la cartera, así que puse en marcha el auto y decidí ir para allá. Estacione en la puerta del garage y cuando baje lo vi a Nicholas sentado en las escaleras de madera de la entrada.

- ¿Qué haces aquí? No entendiste que no quiero verte - Dije parándome adelante de él. - Vete.

- No me voy a ir - Se paró para hacerme frente - Quiero saber donde estabas , porque tardaste tanto , porque no atendías el telefono , tenes 2 minutos.

- Es mi vida, no tengo porque contarte cosas que te conte dos veces y no entendiste. Así que largate .- Dije remojando mis labios.

- Yo te voy a creer y todo que estabas en otra empresa- grito sarcásticamente- seguro te acostaste con el primer pelotudo que se te cruzaba, así que dime la verdad ahora muñequita-dijo tomando mis manos con todas sus fuerzas, sentía como esos ojos chocolates se volvían rojos de la cólera, y sentía que corría fuego por sus venas.

- Nunca te pense tan violento , si no me quieres creer, no lo hagas , pero por favor dejame en paz - Dije tratando de luchar con su fuerza.

- No te voy a soltar, vamos ya para casa , arreglar esto - Dijo tirando de mi brazo para la calle.

- ¡AYUDA! - Grité con todas mis fuerzas, para que alguien por lo menos venga a cumplir mi pedido de rescate.

- ¿Que pasa acá? - Preguntó Hernan saliendo de la casa con sus boxer de corazones y un pucho en la mano. - ¿Nicholas?

- Por favor Hernan, ¡Ayudame! - Dije con el ultimo aliento que me quedaba y con lágrimas sobre mis mejillas.

- Suelta a mi hermana - Dijo saliendo de la casa tirando el pucho al cesped.

- ¿Qué paso cielo? - Dijo Micaela con la pequeña en sus brazos.

- Nada querida, vete adentro. - Grito viniendo para donde estaba Nicholas. - Soltala, enserio Nicholas soltala.

- Es mi esposa , puedo hacer lo que yo quiero, ella es mía. - Dijo con mucha cólera.

- Será tu esposa, pero no la trates como un juguete, es un humano , así soltala y nadie saldra herido.

- ¿Que vas a hacer golpearme? Dale hazlo.

- Voy a llamar a la policia si no te vas. - Dijo tomando mi otra mano para agarrarme.

- Quédate con tu hermana - Dijo empujandome sobre el cesped.- Una basura su familia. - Dijo escupiendo me.

Al irse, Hernan me abrazo y me ayudo a entrar. Nos sentamos en ese hermoso living ,donde tenía unos sillones que hacían juego con el estampado de las paredes,una mesita de té y varios cuadros de caballos, Micaela me sirvió un té para que me tranquilice y la pequeña Romina me hizo un lindo dibujo. Mis lágrimas no cesaban y no me dejaban contarle la historia a la familia, esa noche me permitieron dormir allí, con la condición de no volver a la casa con Nicholas. La pequeña cayo dormida en mis piernas , después de tantas horas de llanto. Y Hernan siguió a mi lado junto a Micaela, esperando poder ayudarme.

- Si tu quieres luchar yo estare alli a tu lado el dia que tu caigas yo estare alli detras tuyo.- Repitió Hernan acariciando mis mejillas.

- Gracias - Sonreí como una pequeña perdida en sus palabras.

- Bueno Wendy, ¿quieres contarnos que te paso? - Preguntó Micaela sentandose en uno de esos sillones.

- Fue así, yo hoy salí con Dylan a la tarde.

- ¡¿Dylan?! ¿Cómo? - Saltó Hernan nervioso.

- Sí hace como un mes que estamos así o más tal vez. El va a mi oficina y se hace pasar por Cole Mitchell de Frot. - Dije tomando mis manos mientras remojaba mis labios.

- ¿Y? Continúa. - Dijo Micaela poniendose en una postura para escuchar mejor.

- Bueno y el me llevo a su "empresa" , a su trabajo enrealidad. Y volví en el horario que terminamos de trabajar, ahí estaba Nicholas , discutimos y me hizo esto - Respondí con seriedad mostrando mis muñecas totalmente marcadas.

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eres mi enfermedad y mi cura, mi locura y mi cordura.
Por siempre te amaré, para toda la vida te querré, así nos separemos, así se acabe, entre mi corazón te tendré, un espacio especial que sólo tú podrás tener, por siempre y para siempre, nunca te olvidaré.